sábado, 9 de octubre de 2010

tiranosaurio rex

Cuando el tiranosaurio fue descubierto, no se hallaron las extremidades superiores. Para completar el esqueleto original, que fue montado para ser exhibido al público, Osborn sustituyó esa parte restante por los "brazos" con tres dedos de un allosaurio. Sin embargo, en 1914, Lawrence Lambe demostró que el tiranosaurio estaba estrechamente relacionado con el albertosaurio, por lo que le atribuyó 2 dedos en lugar de 3, conjetura que se confirmó en 1989, con el hallazgo de brazos, los cuales eran relativamente diminutos, de aproximadamente 1 m. Su funcion era rascarse el cuello y agarrar a la hembra en el apareamiento,nunca se usaron para cazar,tampoco para agarrar cosas ni a otros dinosaurios. En las extremidades inferiores disponía de 3 uñas (más una vestigial). El tiranosaurio tenía una cola larga, rígida y puntiaguda que utilizaba como contrapeso para su enorme cabeza y para apoyarse al efectuar giros rápidos.

Una prueba fue el hallazgo de un coprolito con huesos semidigeridos de un edmontosaurio. Sus cavidades oculares estaban posicionadas de forma tal que los ojos apuntaban hacia adelante, dándole una visión binocular.


Mandibula de tiranosaurio.Las grandes mandíbulas del tiranosaurio medían 1,4 m y estaban llenas de afilados dientes curvos de 19 cm. Estudios recientes de finales de 2007 y principios de 2008, sugieren que este dinosaurio tuvo la mordedura más poderosa de todos los depredadores, con una fuerza de presión de más de 4 toneladas.[3]

El tiranosaurio, al igual que todos los terópodos, era bípedo. Sus patas estaban dotadas de un tejido almohadillado. Este tejido también funcionaba como un resorte. Los huesos largos de las patas se fusionan entre sí para transferir las fuerzas mayores generadas por sus pisadas fuertes, por las piernas y hacia el resto del cuerpo.

Los estudios han demostrado que el tiranosaurio tenía unas patas bastante largas. Todavía existen desacuerdos sobre cuan rápido se desplazaba el tiranosaurio. Los cálculos oscilan entre una velocidad pausada de 18 km/h y una muy rápida de 72 km/h. Los científicos que consideran que el T. rex se movía rápidamente indican que sus patas eran semejantes a las de ornitomímidos tan veloces como el estrutiomimo. Un estudio reciente concluyó que el T. rex no tenía suficiente masa muscular en las piernas como para ser tan veloz, lo que hacia era caminar dando zancadas de 4 m por cada paso dandole una velocidad de 42km/h.

Algunos científicos indican que los animales pesados tienen las patas ubicadas debajo del cuerpo como pilares, con huesos grandes para soportar el peso, lo que no les permite correr. Quizá el T. rex era lento. Sólo se ha descubierto una huella en México que podría ser de un T. rex y que mide casi 1 m de longitud. Si se encontrara toda la serie de las huellas se conocería mejor que tan rápido pudo andar. Los bípedos tienen mayor riesgo de caerse, si durante un arranque se tropiezan, y no pueden acomodar sus patas debajo del cuerpo. Estudios recientes sugieren que los adultos no eran animales especialmente veloces, aunque en una persecución podían dar zancadas de más de 4 m.

Las caídas eran muy peligrosas para el T. rex porque la cabeza recorría más de 3 m en el desplome, y los brazos no podían detener su caída. Los avestruces tienen un problema similar, pero el riesgo de caída de un avestruz o de otras aves corredoras es muchísimo menor que el que habría tenido un tiranosauro muchas si éste era depredador (si cazaba presas vivas). Si el T. rex se caía duramente podía lesionarse e incluso morir. Unos investigadores calcularon que si un T. rex de 6 toneladas corriera a una velocidad de 72 km/h y tropezara, golpearía el suelo con mucha fuerza y se deslizaría con tanta presión que no podría soportar el dolor de sus huesos y músculos rotos, lo que le causaría la muerte. Pero otro equipo de investigadores dio una propuesta más aceptable, trata de la posibilidad que el T. rex se mueva entre los 18 y 54 km/h, parecida a la velocidad máxima de un elefante africano. Si el T. rex se cayera a dicha velocidad, se lesionaría y quizás se rompería algunos huesos pero podría sobrevivir.

El cerebro del tiranosaurio era tan grande como el de un gorila y tenía aproximadamente un volumen de 1000 cm³, aunque la mayor parte del mismo estaba dedicado a su sentido del olfato, que, según se cree, pudo haber sido el más agudo de todos, la teoria de que si no te mueves no te ve es cierta por lo siguiente,su cerebro tenia 2 lados como una pila el lado positivo estaba posicionado en la nariz dandole un buen sentido del olfato, el lado negativo estaba en la nuca y estaba en pocision fija a un nervio ocular asi que se guiaba por el movimiento, cuando la presa se movia el lo perseguia pero si se quedaba quieta de todos modos la hubiera atacado por que el ya sabia que estaba alli eso indica que tambien eran inteligentes


Crecimiento [editar]
Esqueleto fósil de Tyrannosaurus rex en el Museo Nacional de Historia Natural, Washington, DC.El Tiranosaurus, crecía a un ritmo de 2,1 kilos diarios, lo que le permitía, en sus casi 30 años de vida, alcanzar las seis toneladas de peso, según revela un novedoso estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida (Estados Unidos) y publicado en la última edición de la revista Nature.

El estudio, dirigido por los científicos Greg Erickson y Peter Makovicky, de la Universidad de Tallahassee (Florida), demuestra que ciertos dinosaurios crecían a un ritmo extremadamente rápido, lo que les permitía alcanzar un inmenso tamaño en poco tiempo. Sus autores han desarrollado un análisis completo del crecimiento de este dinosaurio, un carnívoro voraz que vivió hace 65 millones de años, y han concluido que este animal engordaba 2,1 kilos diarios durante su adolescencia.

Con este ritmo de crecimiento, el saurio alcanzaba su madurez ósea en dos décadas y podía vivir hasta 28 años. A partir de los 14 a 18 años de edad, el tiranosaurio -al igual que sus familiares como el albertosaurio, el gorgosaurio y el daspletosaurio- adquiría alrededor del 70% de su masa adulta, y pasaba de ser un lagarto carnívoro de una tonelada a convertirse en un dinosaurio devorador de huesos de seis tonedadas de peso, con pocos rivales en la cadena alimenticia el mundo prehistórico.

Ese ritmo de crecimiento puede compararse con el de los elefantes, aunque con la diferencia de que éstos llegan a vivir 70 años, mientras que los dinosaurios tan sólo alcanzaban los 30. "Sabemos que el 'Tiranosaurus Rex' vivía rápido y moría joven", indica el doctor Erickson en Nature. Erickson y Makovicky han basado su descubrimiento en el análisis de más de 60 huesos de 20 fósiles diferentes de la familia del Tiranosaurus. Entre los especímenes examinados por estos cienfíticos se encuentra la Tiranosaurus conocida por el nombre de Sue, cuyo esqueleto -el mayor y más completo hallado hasta ahora- se conserva en un 90% en el Museo Field de Chicago.

Hasta ahora se sabía que al igual que los árboles, cuyo crecimiento queda grabado en los anillos de su tronco, los principales huesos de los dinosaurios también poseen estas estrías, lo que permite determinar su crecimiento. Sin embargo, con el paso del tiempo estos huesos desarrollaban unas cavidades que dificultaban su lectura. El nuevo estudio se ha centrado en huesos de menor grosor, como las costillas, y se ha descubierto que con los años no cambiaban, sino que se mantienen en perfecto estado y conservan las líneas de crecimiento.


Plumas [editar]Artículo principal: Dinosaurios emplumados
Dada la posición filogenética del tiranosaurio, se ha propuesto que pudo haber tenido plumas. Pequeños celurosaurianos (un grupo de dinosaurios estrechamente relacionados) de la Formación de Yixian en Liaoning, China, han sido descubiertos presentando plumas penáceas o con el antiguo pelaje de "protoplumas", que sugiere la posibilidad de que los tiranosáuridos también pudieron haber tenido plumas. En 2004, el primitivo tiranosauroide Dilong fue descubierto en la misma formación y mostró pruebas de largas plumas en la cola. Sin embargo, impresiones de la piel de tiranosaurios adultos de Alberta y Mongolia aparecen mostrando las escamas escaladas típicas de otros dinosaurios. Esto sería compatible con el tamaño de la criatura, como en 8 toneladas la dispersión de calor del tiranosaurio de sangre caliente en realidad habría sido impedida por una cubierta de plumas. Es posible que el T. rex presentara plumas o protoplumas en otras regiones del cuerpo pero, tal como ocurre con el pelo de los elefantes y rinocerontes modernos, en áreas reducidas.


Estrategias de alimentación [editar]
Un Allosaurus devorando carroña de un saurópodo.La mayor parte del debate sobre el tiranosaurio se centra en su tipo de alimentación y locomoción. El experto paleontólogo Jack Horner afirma que el tiranosaurio era exclusivamente carroñero (practicando probablemente un cleptoparasitismo) y que no se involucró en la caza activa en lo absoluto.[4] Horner sólo presentó esto en un contexto oficial científico una vez, principalmente hablando de ello en sus libros y en los medios de comunicación. Su hipótesis está basada en que el tiranosaurio poseía grandes bulbos y nervios olfativos (en relación con su tamaño cerebral), lo que sugiere que tuvo un sentido sumamente desarrollado del olfato, por lo que, como muchos carroñeros actuales, podría haber descubierto cadáveres husmeando a grandes distancias. Los dientes de tiranosaurio podrían aplastar huesos, su mordida es 5 veces más fuerte que la de un león africano una habilidad que indica que quizás fuera común que este animal extrajera alimento de la médula ósea de los remanentes de un cadáver, una vez consumidas las partes más nutritivas. Ya que al menos partes de las presas del tiranosaurio podían moverse rápidamente, las pruebas de que caminaba en lugar de correr podrían indicar que era carroñero (ver sobre esto más abajo).[5] Otro punto fuerte en favor de la hipótesis del tiranosauro como carroñero se encuentra en las pequeñas extremidades delanteras con garras lábiles: es difícil imaginar a un depredador que marcha sobre el suelo sujetando sus presas vivas sin brazos robustos; los indiscutibles depredadores contemporáneos a los tiranosauros, los velociraptores y semejantes poseían comparativamente grandes brazos dotados de fuertes garras con grandes y afiladas uñas en forma de hoz, todo lo opuesto a los tiranosauros.

Muchos científicos que han publicado sobre el tema insisten en que el tiranosaurio fue tanto depredador como carroñero, alimentándose de cualquier carne que pudiera conseguir, dependiendo de la oportunidad que se le presentara.[6] Carnívoros modernos son depredadores raras veces estrictos o carroñeros. Los leones, por ejemplo, a veces comen hienas muertas y viceversa. El comportamiento que hurga en busca depende de la disponibilidad de la presa, entre otros factores. Si los tiranosauros eran carroñeros que practicaban cleptoparasitismo (robo de las presas cazadas por auténticos depredadores) su masa corporal habría sido un factor intimidante para ahuyentar a los depredadores; los actualmente indiscutibles depredadores coetáneos a los tiranosauros (por ejemplo los raptores) eran mucho más pequeños y veloces, la presencia de un carroñero gigante dotado de grandes dientes les habría hecho huir o retroceder.

Recientes estudios oseos demuestran, por las inserciones musculares en el occipital, el malar y las escápulas, así como las inserciones del masetero, y teniendo en cuenta el peso del cráneo y las mandíbulas, el tiranosaurio no podría ser capaz de realizar mucha presión mandibular, no la suficiente como para poder abatir a un dinosaurio de gran tamaño; ello le limitaría a presas pequeñas, pero éstas generalmente son más rápidas y ágiles, por lo que se piensa que el tiranosaurio se alimentaba exclusivamente de animales débiles, ancianos, enfermos, o de piezas muertas o cazadas por otros carnívoros más pequeños, comportamiento que se asemeja al de las hienas, precisamente por el mismo motivo fisiológico. A mayores, el gran desarrollo del lóbulo olfativo incrementaría las tendencias carroñeras, como ya se mencionó anteriormente.


Reconstrucción de la cabeza del T. rex, expuesta en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.No obstante, se suponen pruebas de comportamiento cazador en el tiranosaurio, como por ejemplo la visión binocular mencionada más arriba. Debido a que los carroñeros no necesitan la compleja percepción de profundidad que brinda la visión estereoscópica, en los animales modernos la visión binocular se halla principalmente en los depredadores sin embargo no es exclusiva de los mismos (lemuridos y primates entre otros no depredadores poseen visión binocular estereoscópica). Además, el descubrimiento de marcas de mordidas en otros animales e incluso en otros tiranosaurios ha sugerido un comportamiento predatorio.

Además la teoría de que fuera un exclusivo carroñero no es del todo posible, ya que si era completamente carroñero, no podría haber sobrevivido, ya que no existían carnivoros suficientemente grandes en su ecosistema que pudierna cazar presas tan grandes para abastecer a una población saludable de tyrannosaurios y a ellos mismos, además de que no hay animales muriendo todos los días para la misma causa, y recientes estudios de la mandibula y la presion que esta ejercía, refutan que era débil y sin fuerza suficiente para abatir grandes presas, de hecho era la más fuerte de todos los depredadores terrestres conocidos, además no necesitaba ser rápido por que sus presas tampoco lo eran, sino extremadamente poderoso para derribarlas, así que el tyrannosaurio fue un depredador que evoluciono a la par con sus presas, y bien podría asechar a sus víctimas oculto y usando el olfato, que además debió haber servido, en parte para ayudarlo a localizar animales muertos que presentaban una fuente de comida fácil, para localizar a sus presas a distancia para evitar ser descubierto y finalmente en cuanto a los brazos extremadamente pequeños, la evolución de los tyrannosauridos llevo a la reducción de estos para equilibrar el peso de la cabeza con el del resto del cuerpo, por lo que si no se hubieran extinto, los brazos de los tyrannosaurios se hubieran reducido por completo y sus cuerpos se hubieran vuelto aún más grandes, así estas características convirtieron al Tyrannosaurus, en lugar de un débil carroñero, en la maxima maquina de matar de artillería pesada del mundo de los dinosaurios, más eficiente que los anteriores megalosaurios, alosaurios, carcarodontosaurios y espinosaurios.

Por lo que en conclusion, el Tyrannosaurus era un formidable depredador y un carroñero cuando tuviera la oportunidad.

Al examinar el espécimen de tiranosaurio denominado Sue, el paleontólogo Peter Larson encontró una fíbula quebrada y sanada, vértebras de la cola, huesos faciales dañados y un diente de otro tiranosaurio incrustado en una vértebra del cuello. Si esta interpretación es correcta, podría tratarse de una prueba substantiva de comportamiento agresivo entre tiranosaurios, aunque no está claro si se debía a competencia por alimentos y parejas o simplemente canibalismo.

Sin embargo, investigaciones más recientes concluyeron que la mayoría de las lesiones son debidas a infecciones y no a ataques, o simplemente daños en los fósiles con posterioridad a la muerte, además de que las pocas heridas conocidas son demasiado generales como para indicar agresividad intraespecífica. En el lugar de hallazgo de Sue, también se encontraron restos del esqueleto de un edmontosaurio con heridas en su cola, infligidas por tiranosaurios, que sanaron en vida, lo que sugiere caza activa en lugar de consumición de restos. Otra pieza de evidencia es un tricerátopo encontrada con falta de un tercio de su cuerno y la huella de un diente a lo largo de una pieza de su cola, herida que, de nuevo, fue infligida por un tiranosaurio en vida y sanó. No obstante, esto podría defender el hecho de que se alimentaran de animales débiles, y que estos ejemplos fueran fracasos por esa razón.

Otro tema relacionado son los estudios contradictorios acerca de cuan rápido podía correr un tiranosaurio. Las especulaciones hablan de hasta 70 kilómetros por hora e incluso más.


Locomoción [editar]
La pata derecha del T. rex (lateral) fotografiada en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford.
La posible huella del T. rex en comparación con la mano humana.Los científicos que creen que el tiranosaurio podía correr lentamente señalan que sus huesos huecos y otras características que deben haber aligerado su cuerpo pueden haber mantenido el peso de un adulto en apenas cinco toneladas[1] , y que otros animales como los avestruces y caballos, dotados de piernas largas y flexibles, alcanzan altas velocidades mediante zancadas lentas pero largas. Además, algunos han argumentado que los tiranosaurios tenían los músculos de las patas relativamente más grandes que cualquier animal actualmente existente, lo que podría haber permitido una carrera rápida a 40-70 km/h.

Algunos viejos estudios de anatomía de las patas de animales vivos sugieren que el tiranosaurio no podía correr y sólo se limitaba a caminar. La relación entre las longitudes de su fémur y su tibia, (mayor a 1, como en la mayoría de los terópodos grandes) podría indicar que los tiranosaurios eran caminantes especializados, como los modernos elefantes. Adicionalmente, sus pequeñas extremidades superiores no hubieran podido evitar una caída debido a un tropezón. Las estimaciones de peso estándar, de entre 6 y 8 toneladas, hablan de un impacto mortal si el dinosaurio cayera a tierra. Sin embargo, debe notarse que se sabe que las jirafas pueden galopar a 50 km/h (31 m/h);[7] y que a esas velocidades estos animales se arriesgan a romperse una pata, lo que no impide que el comportamiento exista.[8] Pero estimaciones sobre la fortaleza de las patas de los tiranosaurios indican que estas eran apenas más fuertes, o iguales, que las de los elefantes, animales relativamente limitados en su velocidad.

Los partidarios de la limitación a la caminata proponen una velocidad máxima de unos 17 km/h, más rápido que muchas de sus probables presas, como los hadrosaurios y ceratopsianos.[9] Debido a esto, y a que los tiranosaurios pueden haber usado tácticas de emboscada para atrapar a presas más rápidas, quienes creen que era un depredador afirman que su velocidad no era decisiva, por lo que no es un asunto importante.

La investigación más reciente de la locomoción del tiranosaurio no especifica cuan rápido pudo haber corrido pero admite que hay poca base para poder concluir un rango de velocidades más ajustado que entre 17 km/h (11 m/h), que sería sólo caminar o andar lento, y 40 km/h (25 m/h), que sería una carrera de velocidad moderada. Por ejemplo, un artículo en Nature (Hutchinson & García, 2002) usó un modelo matemático (validado por aplicación a una amplia gama de animales vivos) para calibrar la masa de músculo de la pierna necesaria para la carrera rápida (más de 40 k/h). Ellos encontraron que propuesta la velocidad máxima superior a 40 km/h (25 m/h) fuera irrealizable, porque ellos requerirían músculos de la pierna muy grandes (más aproximadamente del 40-86% de masa de cuerpo total[10] ). Incluso velocidades moderadamente rápidas habrían requerido grandes músculos en las piernas. Esta discusión es difícil de resolver, ya que no se sabe cuan grandes eran los músculos de sus piernas. Si estos fueron más pequeños, sólo podría haber alcanzado unos 17,7 km/h (11 m/h) caminando/trotando.


Ambiente [editar]
Antigua representación del T. rex (con una postura incorrecta, ver más arriba) en su hábitat natural.El tiranosaurio vivía en todo el occidente de Norteamérica, desde Alberta (Canadá), hasta Coahuila en México, justo antes de que los dinosaurios se extinguieran. Normalmente el T. rex habitaba en planicies de inundación y bosques subtropicales donde acechaba a sus presas, en zonas demarcadas por ríos, lagos y bosques exuberantes llenos de cicadáceas, helechos, plantas florecidas y árboles como las coníferas, sicomoros y araucarias.

En la época del T. rex, Norteamérica presentaba un paisaje natural con elementos familiares y extraños. Las tortugas de cuero, los cocodrilos, los lucios (Esocidae), y los peces aguja (Lepisosteidae) que vivieron en esa época eran bastante similares a los que se pueden encontrar hoy. Las ranas y los lagartos varanos eran otros animales familiares. Los helechos, colas de caballo, palmas, magnolias, álamos y arbustos eran algunas de las plantas dominantes; los pastos y hierbas ya se habían desarrollado, pero no estaban aún extendidas. Las coníferas como sequoias, araucarias, pinos, y cipreses eran comunes. El T. rex probablemente vivió en muchos hábitats diferentes debido a su amplio rango, pero muchos de los yacimientos fósiles en donde normalmente se encuentran sus esqueletos parecen haber sido bosques subtropicales y húmedos. Otros habitantes del paisaje son menos familiares y carecen de semejanza con la fauna actual. Los pterosaurios gigantes, como el Quetzalcoatlus, planeaban y volaban en los cielos, con envergaduras de alas de más de 12 metros. Otros terópodos, incluyendo a los dromeosáuridos, troodóntidos y ornitomímidos, parecen haber medido menos de 4 ó 5 metros de largo. Las manadas de ceratopsianos como los tricerátopos y torosaurios, y de hadrosaurios como los hadrosaurios y edmontosaurios, vagaban por la tierra, mientras aves dentadas volaban en los bosques (Ichthyornis) y nadaban en las orillas de los mares (Hesperornis). Otros dinosaurios herbívoros fueron el armado anquilosaurios, los "cabeza-duras" paquicefalosaurios y estigimoloch y pequeños ornitópodos como Bugenasaura y tescelosaurio. Antiguos primates también pudieron haber existido junto a los dinosaurios (esta publicación está abierta a la discusión). Los mamíferos (predominantemente multituberculados y marsupiales) eran todavía pequeños, animales nocturnos que se asemejaban mucho a las ratas y musarañas de hoy, como el Ptilodus y Meniscoessus; aunque había géneros excepcionales que parecían ya un poco más grandes y desarrollados, como el Taeniolabis.

Se cree que el tiranosaurio necesitaba extensos rangos geográficos de alimentación, debido a la retirada de la Vía Marítima Interior Occidental de Norteamérica, hace 69 millones de años, lo cual incrementó el tamaño del rango de alimento[11] .


Historia [editar]Sus restos fósiles son escasos. Hasta 2006 han sido hallados 30 especímenes[12] , incluyendo sólo tres cráneos completos. Los primeros especímenes encontrados tuvieron un papel importante en la Guerra de los Huesos. Cabe destacar que Tyrannosaurus rex es el dinosaurio carnívoro mejor conocido en la cultura popular humana.


Descubrimiento [editar]
Cráneo del Tyrannosaurus rex en el Museo de Historia Natural de Carnegie.La localización de todos los descubrimientos está restringida a Norteamérica. El primer espécimen (una vértebra parcial) fue descubierto por Edward Drinker Cope en 1892 y se describió como Manospondylus gigas. Fue atribuida al Tyrannosaurus rex en 1912 por Henry Fairfield Osborn. Barnum Brown, el conservador auxiliar del Museo Americano de Historia Natural, encontró el segundo esqueleto del T. rex en Wyoming en 1900. Este espécimen fue originalmente nombrado Dynamosaurus imperiosus en el mismo documento en el que el Tyrannosaurus rex fue descrito. Si no hubiera sido por el orden de las páginas, Dynamosaurus se hubiera convertido en el nombre oficial. El material original del "Dynamosaurus" reside en las colecciones del Museo de Historia Natural, Londres.

En total, Barnum Brown encontró cinco esqueletos parciales del T. rex. Brown recolectó su segundo tiranosaurio en 1902 y 1905 en la Formación de Hell Creek, Montana. Este fue el holotipo que se usó para describir al Tyrannosaurus rex por Osborn en 1905. En 1941 se lo vendió al Museo Carnegie de Historia Natural en Pittsburgh, Pensilvania. El cuarto y más grande hallazgo de Brown, también descubierto en la Formación de Hell Creek, se exhibe en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York.


Sue el Tyrannosaurus, Field Museum, Chicago.Cristobal Veloso, descubrió el más completo (más del 90%) y más grande esqueleto fósil del T. rex conocido hasta ahora, en la Formación de Hell Creek cerca de Faith, Dakota del Sur, el 12 de agosto de 1990. Sobre la propiedad de ese espécimen de T. rex, ahora llamado Sue en honor a su descubridora, se entabló una enconada batalla legal. En 1997 esta se fijó a favor de Maurice Williams, dueño original del territorio, y la colección fósil se vendió en subasta por $7,6 millones de dólares. Actualmente el esqueleto se ha vuelto a montar y se exhibe en el Museo Field de Historia Natural. Basándose en los huesos fosilizados de Sue, el espécimen alcanzó su tamaño completo a los 19 años de edad y murió 9 años después, viviendo en total 28 años de edad[12] . Los investigadores informan el descubrimiento de dos fósiles de T. rex, uno sub-adulto y otro juvenil (ambos fueron desenterrados en la misma cantera en la que se descubrió Sue); lo cual da evidencia a la posibilidad de que el T. rex corría y cazaba en manadas u otros grupos.

Otro tiranosaurio, apodado "Stan" en honor al paleontólogo amateur Stan Sacrison, se encontró en la Formación de Hell Creek cerca de Buffalo, Dakota del Sur, en la primavera de 1987. Después de 30.000 horas de excavación y preparación, surgió un 65% del esqueleto completo. Stan está actualmente en exhibición en la exposición del Museo Black Hills de Historia Natural en Hill City, Dakota del Sur, después de una extensa gira mundial. Este tiranosaurio fue encontrado también con muchas patologías en sus huesos, incluyendo costillas y un cuello roto que luego se sanaron y un espectacular agujero en la parte trasera de su cabeza, con el tamaño de un diente de tiranosaurio. Stan y Sue fueron examinados por Peter Larson.


Posible estrategia reproductora en Tyrannosaurus rex. Expuesto en el MUJA.En 2001, el 50% del esqueleto de un juvenil tiranosaurio fue descubierto en la Formación de Hell Creek en Montana por un equipo de investigadores del Museo Burpee de Historia Natural de Rockford, Illinois. Apodado "Jane", el hallazgo fue inicialmente considerado el primer esqueleto conocido del pequeño tiranosáurido nanotirano pero una investigación subsecuente ha revelado que el fósil fue de un tiranosaurio juvenil. Este espécimen es el más completo y mejor preservado juvenil hasta la fecha. Jane ha sido examinada por Jack Horner, Peter Larson, Robert Bakker, Gregorio Erikson y varios otros paleontólogos renombrados, debido a la unicidad de su edad. Jane está actualmente en exposición en el Museo Burpee de Historia Natural en Rockford, Illinois.

En marzo de 2005 en la revista Science, Mary Higby Schweitzer de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y sus colegas anunciaron la recuperación del tejido blando de la cavidad medular de un hueso de la pata fosilizada de un T. rex, que databa aproximadamente 68 millones de años. El hueso había sido roto, intencionalmente aunque con renuencia, para ser enviado y no fue conservado de la manera usual porque Schweitzer estaba deseando investigar el tejido blando. Designado como el espécimen 1125, o MOR 1125 del Museo de los Rocosas, el dinosaurio fue desenterrado previamente en la Formación de Hell Creek. Vasos sanguíneos (flexibles y bifurcados) y el tejido (de la fibrosa pero elástica matriz del hueso) fueron reconocidos. Además, se encontraron microestructuras parecidas a las células de la sangre dentro de la matriz y los vasos sanguíneos. Las estructuras son semejantes a las células y vasos sanguíneos del avestruz actual. Sin embargo, ya que un proceso desconocido y distinto al de la fosilización normal parece haber conservado el material, los investigadores son cuidadosos de no afirmar que este es el material original del dinosaurio.[13] La presencia de huesos medulares en este espécimen también es interesante.[14]

Si resulta ser el material original, cualquier proteína sobreviviente puede usarse como medio de estimar indirectamente algunos de los contenidos del ADN (ácido desoxirribonucleico) de los dinosaurios involucrados, porque cada proteína se crea típicamente por un gen específico. La ausencia de hallazgos anteriores puede ser meramente el resultado de personas que asumen que la conservación del tejido era imposible, y simplemente no lo observaron; desde el primero, dos tiranosaurios más y un hadrosaurio también han sido encontrados teniendo estas estructuras similares a tejidos. [1][2]

En un boletín de prensa del 7 de abril de 2006, la Universidad Estatal de Montana reveló que el cráneo de tiranosaurio más grande hasta ahora hallado también poseía esta característica. Descubierto en los años 1960 y recientemente reconstruido, el cráneo mide 149,8 centímetros (59 pulgadas) de largo, comparado con el cráneo de "Sue" (140,7 cm, es decir 55,4 pulgadas) hay una diferencia de 6,5%.[3] & [4]


Sistemática [editar]
Otro esqueleto fósil del T. rex, expuesto en el Museo de Senckenberg, Fráncfort, Alemania.En 2000, había controversia en cuanto a su nombre, porque los huesos de dinosaurio desenterrados en Dakota del Sur en junio de ese año pueden haber sido la parte de un fósil conocido como Manospondylus gigas.[15] [16] Según las reglas de la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica, el sistema que da a los animales su designación científica, usualmente a partir de raíces latinas y griegas, el nombre de Cope, creado en 1892, Manospondylus gigas, debería tener la prioridad porque su descubrimiento ocurrió primero. Sin embargo, en la 4ta edición del ICZN, que surtió efecto el 1 de enero de 2000, Capítulo 8, Artículo 35.5, declaró que cualquier tal descubrimiento hecho después de 1999 no hace que el más viejo nombre sustituya al más nuevo, prevaleciendo el nombre y que el Tyrannosaurus debe ser un nomen conservandum ("nombre conservado". Por lo tanto, independientemente del resultado del descubrimiento, el nombre Tyrannosaurus, todavía es usado hoy por los biólogos.

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